viernes, 22 de enero de 2010

capitulo 19

- Así que estoy solo de nuevo- dijo Dean mirando a su alrededor.
Estaba sentado sobre la hierba no se veía mas que un amplio prado sin importar a donde mirase, todo lo que podía ver era una mar de hierba y el cielo azul sin una sola casa o persona alrededor.
- Supongo que mi destino es estar solo- dijo Dean recordando.
Desde pequeño siempre había estado solo incluso en la escuela los demás niños lo dejaban solo y se burlaban de el por que no tenia padres, incluso en el orfanato los niños también lo dejaban solo ya que nunca le habían gustado los deportes, prefería pasar el tiempo sentado viendo combates en la televisión del orfanato o practicar el mismo lo que veía en televisión aunque no era fácil estando solo, así poco a poco pasaron los días hasta que cumplió 14 años y tuvo que dejar el orfanato.
- Así que estoy solo- pensó Dean al llegar a la que seria su nueva casa, aun estaba en mal estado y no era my bonito pero al menos había conseguido un lugar después de salir del orfanato.
Después de eso Dean tuvo que buscar trabajo y seguir estudiando ya que estaba en su ultimo año de secundaria pronto tendría que hacer examen para la prepa, y aunque tenia que trabajar mucho siempre tenia tiempo para estudiar y hacer la tarea, además de aprender a cocinar.
- Supongo que después de todo siempre he estado solo- dijo Dean regresando al presente y viendo de nuevo ese mar de hierba.
- Ahora ya no estas solo- dijo una voz detrás de el.
- Es cierto gracias a ti podemos comer deliciosa comida todos los días- dijo otra voz.
- Si además así tengo un rival- dijo otra voz.
Dean volteo y vio a todos detrás de el Rose, Elia, Elissa, Tifa incluso Eric, todos estaban detrás de el.
- Ves como no estas solo- le dijo Tifa dándole la mano para que se levantara.
- Tienes razón no estoy solo- dijo Dean y cuando se levanto despertó estaba durmiendo en la casa recordaba que se había desmayado después de terminar la misión, miro a su alrededor todos estaban repartidos por la habitación, Elissa y Tifa estaban recargadas entre ellas durmiendo sobre unas sillas, Elia estaba roncando durmiendo en el suelo y Eric estaba durmiendo en una silla, Rose estaba durmiendo con la cabeza apoyada en la cama.
- Realmente ya no estoy solo- pensó Dean mirando a todos.
Dean levanto con cuidado y salio sin despertar a todos, se fue caminando lentamente por el pasillo hacia el patio.
- Parece que por fin encontré una razón para no rendirme- pensó Dean mientras caminaba hacia el patio.
Al llegar al patio se sentó en una banca y miro el cielo cubierto de estrellas y con la luna brillando.
- Es igual a aquella noche- pensó Dean recordando de nuevo.

Dean aun iba a la secundaria, era una noche en la que había salido a comprar los ingredientes para la cena estaba deprimido ya siempre era lo mismo cocinar para el mismo, llegar a una casa vacía y al ir la escuela quedarse todo el día solo en un rincón, fue esa noche que se encontró con un señor al ir caminando por la calle.
- oye chico por que estas tan triste- le pregunto el señor al verlo cabizbajo.
- Por que vivo solo- respondió Dean- llego a casa solo estoy solo todo el tiempo ni siquiera se por que seguir adelante-.
- No es bueno pensar así chico- le dijo el señor- siempre hay que mirar hacia delante, tarde o temprano encontraras algo que te impulse-
- Si claro como no- respondió Dean.
- Créeme chico ya lo encontraras- le dijo el señor- y veras que es mas difícil cuando tienes algo que proteger que cuando estas solo-.
Después de decir eso se alejo y dejo a Dean pensativo durante un rato.

- Ahora creo que tiene razón- dijo Dean mirando el cielo- Oigan ya pueden salir no es bueno ver las cosas ocultos… Mireya, Mateo-.
Cuando dijo esto Mateo y Mireya salieron de su escondite y se acercaron a el.
- Hola Dean lo siento es culpara de Mireya que estemos aquí- explico Mateo- estaba preocupada por ti-.
- Oye- dijo Mireya molesta pero también sonrojándose- lo siento no sabia que podría pasar en esta misión después de todo era tu primera misión- después de decir esto salto hacia el y lo abrazo- Pero estuviste genial te encargaste de todas esas salamandras tus solo-.
- Tiene razón Dean bien hecho- dijo Mateo- pero ten en cuenta que esta misión era muy fácil no creas que el resto serán así- dijo Mateo con expresión seria.
- Lo se por eso tengo que hacerme mas fuerte hoy por poco no llego a tiempo para salvarlos- dijo Dean con expresión seria y separándose de Mireya- quiero hacerme mas fuerte, ¿Cuándo regresemos podrían entrenarme después de clases?-.
- No lo se tanto esfuerzo no es bueno para ti, ya lo discutiremos cuando volvamos- respondió Mateo.
- Tengo una duda- dijo Dean mirándolos-¿Qué paso con las salamandras?, no se que paso después de que me desmaye-.
- No te preocupes por eso ya están bajo el cuidado del comité de criaturas salvajes- le explico Mateo.
- Probablemente se las lleven y las liberen en un lugar lejos de aquí- dijo Mireya- de cualquier forma dudo que sigan causando problemas-.
- Esta bien- dijo Dean contento de oír eso- oigan tengo una duda, ustedes…bueno ya saben… son pareja-.
Mateo y Mireya se miraron por un segundo y después empezaron a reírse a carcajadas sin poder parar.
- Claro que no- respondió Mireya- quien andaría con un tipo tan feo como el-.
- Mira quien lo dice no se quien saldría con alguien tan rara como tu- dijo Mateo.
Ambos empezaron a discutir y a insultarse entre ellos, por lo que Dean solo los miro por un momento y luego suspiro.
- Bueno cuando terminen de jugar vayan a dormir yo ya me voy- les dijo Dean y se marcho pero ninguno de los dos lo escucho por estar peleando.

Dean regreso a la habitación y usando su velocidad de rayo llevo a cada uno a su cuarto después de todo era mejor que descansaran bien pues al día siguiente partirían de regreso a la ciudad, después que dejo a casi todos regreso a su cuarto ya solo faltaba Rose pero al alzarla ella se despertó.
- ¡¡DEAN!!- exclamo Rose sorprendida al ver despierto a Dean-¿Ya te sientes mejor?-.
- Claro- respondió Dean- No te preocupes después de todo soy inmortal-.
- Si claro, ¿pero que pensabas acémeme?-pregunto Rose mirándolo- ¡¿Acaso pensabas abusar de una joven inocente como yo?!-exclamo Rose.
- Claro que no solo iba llevarte a tu cuarto- explico Dean empezando a caminar- ya lleve a todos los demás-.
- Aunque me hubiera gustado al menos un beso- murmuro Rose sonrojándose.
- ¿Dijiste algo?- pregunto Dean saliendo de su habitación y dirigiéndose al de Rose.
- No…na…nada- tartamudeo Rose sonrojándose aun mas.
- Bien ya llegamos- dijo Dean abriendo la puerta del cuarto de Rose y llevándola a su cama- Nos vemos mañana-.
Dean recostó a Rose en la cama se dio media vuelta para irse cuando de pronto Rose lo abrazo.
- Gracias por todo lo que hiciste hoy- dijo Rose sin soltarlo- Eres mi héroe algo así como un príncipe de cueto de hadas-.
- Solo espero ser lo suficientemente bueno para poder proteger a mi princesa- dijo Dean sonriendo mientras se liberaba del abrazo de Rose- Descansa-.
- Gracias, tu también- respondió Rose acostándose de nuevo en la cama.
Dean salio y empezó a caminar por el pasillo cuando estuvo de nuevo en su cuarto sonrío.
- No puedo creer lo que acaba de pasar- pensó Dean con una sonrisa tonta en su rostro- pero Rose me abrazo.
Pensando en eso Dean se quedo dormido abrazándose a si mismo y dando vueltas en la cama de felicidad.

Después de que Dean salio dejando sola a Rose en su cuarto ella se sonrojo y empezó a sonreír mientras abrazaba la almohada.
- Ahora como podré ver a la cara mañana a Dean- pensó Rose completamente roja- que se supone que acabo de hacer-.
La verdad era que todo había ocurrido en un instante cuando vio la espalda de Dean no pudo evitar levantarse y abrazarlo fue algo repentino casi como un reflejo lo había hecho sin pensar, pero aun así no podía sacarse de la mente el calor de Dean y como lo había abrazado, le hubiera gustado que también el la abrazara pero con que ella lo abrazara bastaba de momento.
- No se que puedo hacer mañana- dijo Rose mirando el techo- supongo que ya se me ocurrirá algo-.
Después de decirlo se quedo dormida mientras abrazaba la almohada.

Al día siguiente salieron del pueblo muy temprano para llegar lo antes posible a la ciudad, se fueron caminando por el bosque, Dean no dejaba de pensar en lo que había pasado el día anterior.
- Rose sobre lo que paso anoche…-comenzó Dean.
- ¿Qué paso anoche?- pregunto Rose con una cara de ingenuidad- Lo ultimo que recuerdo es que me quede dormida en tu cama y cuando desperté esta mañana ya estaba en mi cuarto-.
- ¿No recuerdas nada más?- pregunto Dean esperanzado.
- No, ¿debería recordar algo mas?-pregunto Rose inocentemente.
- No nada- dijo Dean suspirando y cabizbajo.
Rose solo sonrío ante su reacción y siguió caminando como si nada, aunque no podía evitar sentirse feliz en el fondo por lo que había pasado al noche anterior, ¿seria ella la princesa que Dean quería proteger?, Rose no lo sabia pero aun así estaba feliz de que había podido abrazar a Dean.
-Dean, ¿Tu fuiste quien nos llevo a nuestros cuartos anoche?- pregunto Tifa de pronto.
- Si como hoy haríamos el camino de regreso pensé que lo mejor seria que descansaran tranquilos- respondió Dean.
- mmm…y yo… ¿no estaba pesada?- pregunto Tifa sonrojándose.
Cuando Tifa pregunto eso Elissa repentinamente se preocupo, ya que Dean también la había llevado cargada a ella.
- ¿Qué pasa si yo si estoy pesada?- pensó Elissa nerviosa.
- Claro que no- respondió Dean a Tifa temiendo que si decía otra cosa Rose lo golpearía- los pesados fueron Elia y Eric-.
Después de decir eso Elissa se sintió mas tranquila y suspiro de alivio al saber que era ligera, se había asustado un poco pues últimamente había comido mucho ya que la comida de Dean era deliciosa.
- Oye si he engordado es tu culpa- replico Elia- Recuerda que tu eres quien nos alimenta-.
- De acuerdo esta bien no me quejare por que estés tan gordo- respondió Dean.
- ¡¿A quien llamas gordo?!- exclamo Elia lanzándose contra el.
Elia empezó a perseguir a Dean por el camino mientras los demás solo los miraban y se reían felices, por fin habían terminado su primera misión y ahora tendrían dinero para pagar sus cosas, llegaron a la ciudad al amanecer sin percatarse que una sombra los seguia.

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